sábado, 21 de mayo de 2011

OTRO FIN DEL MUNDO

El sol cae, como la palabra de dios, sobre este retazo de ciudad: inmisericorde, fatigado, ríspido, casi podría decir: infame, será que faltan un par de días http://www.ebiblefellowship.com/es/may21_es.html para que el juicio final azote nuestras pecadoras auras, para que, en el primer y último acto de compasión, el señor de los ejércitos nos arranque la memoria.
Como buen hereje veo la luz arrasando los días de mayo,  los escuálidos y postreros versos del poeta afónico, las fisuras secretas del escudo de ozono, las menos secretas grietas en mi pecho... se me ha expuesto -¡como si yo aspirara a la salvación!- la gran urgencia que existe que todas las personas se reconcilien con dios y con los otros, antes del arribo del ángel exterminador. Los escucho incrédulo: he testificado más de un Armagedón, han rozado mi piel varias veces los apocalípticos jinetes, he visto caer y resucitar en un solo día a los imperios del mundo, es decir: no pueden estar equivocados todos esos santos profetas que han vaticinado el fin de este sistema de cosas, por ejemplo, los Testigos de Jehová dieron en 1874 la primera fecha exacta, después para 1914 (cuando comenzó la I guerra mundial y Cristo, según estos cálculos, en esta fecha vino por segunda vez al mundo, aunque de forma invisible) como este vaticinio fracasó, aseguraron que para 1918, a continuación, un poco avergonzados por “fallarnos", que ahora sí, en 1925. época en que se supone deberían resucitar los patriarcas bíblicos, por ello se mandó a construir para alojar a los recién resucitados una austera casita, que sólo costó un millón de dólares, claro en California, pero inexplicablemente Moisés y Jacob no se materializaron, por lo que queriendo o no, el líder en turno de los TJ tuvo que vivir en la humilde morada; después el cálculo se frustró en 1930 y otro pequeño error en 1975; ahora las cuentas de los testigos nos prometen un hermoso e inolvidable espectáculo: el fin del mundo será en 2984.
También la secta de la Puerta del Cielo auguró el fin del mundo en el año 2000, cuando pasó, arrastrado por el cometa Hale-Boppe, una nave interestelar que los condujo directo al planeta Edén, donde ahora moran… el único inconveniente es que no podían ser tele-transportados físicamente y tuvieron que suicidarse en masa para poder elevarse espiritualmente hasta la nave.
En 2011 publicidad pagada por Radio Family, grupo “cristiano” existente desde los años 60 y dirigido por el ingeniero civil Harold Camping, quien maneja 150 estaciones retransmisoras y tiene su sede en California,  provocó cierta sensación de pánico apocalíptico en ciudades tan distintas como Johannesburgo, Managua y Toronto, señalando que el fin del mundo comienza el 21 de mayo, claro que también este moderno Nostradamus predijo el mismo fin del mundo para el 6 de septiembre de 1994, pero, superando la pena de no acertar, en los días que corren recuperó con esta nueva predicción protagonismo. Sólo en los Estados Unidos el programa se hizo más popular que nunca gracias al anuncio según el cual el 21 de mayo regresará Cristo a la Tierra y se llevará consigo a los muertos y al pueblo elegido, condenando a los infieles al Infierno o a la indiferencia acusados de haber vivido ajenos al ojo vigilante de Dios. Es claro que para el 22 de mayo habrá una desbandada de crédulos, pero el ego y la billetera del megalómano Camping habrá crecido exponencialmente. La pregunta no es si el mundo se va a acabar, sino ¿cómo el jubilado neoyorquino que gastó unos 140.000 dólares en colocar anuncios por toda la Gran Manzana advirtiendo del fin del mundo, convencido por Camping de que un poderoso terremoto provocará el caos en todo el planeta, le va a cobrar al “profeta”? -- A patadas, espero.