viernes, 9 de diciembre de 2011

LA BIBLIA HENOTEÍSTA


U
na de las principales objeciones que interponen los cristianos para negar que su culto sea igual a las demás religiones primitivas es que la Biblia es monoteísta, mientras los demás textos sagrados  son politeístas, pero si vamos al origen del asunto debemos remitirnos al PENTATEUCO, es decir a los 5 primeros libros de la Torah (hoy conocido como Antiguo Testamento) constituido por Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Muy interesante por sí misma, puesto que ahí convergen los mitos fundacionales de las culturas que habían sojuzgado a aquel pueblo de pastores.
Desde el primer versículo del primer capítulo del génesis (orígenes) muestra la Biblia ser HENOTEÍSTA. (El henoteísmo o monolatría es la creencia religiosa según la cual se reconoce la existencia de varios dioses, pero sólo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del fiel)
En génesis 1:1 se lee en hebreo:
בְּרֵאשִׁית בָּרָא אֱלֹהִים אֵת הַשָּׁמַיִם וְאֵת הָאָרֶץ
Que se ha traducido como: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, sin embargo la palabra que se usa es Elohim término hebreo (אֱלׂהִים) que sería el plural mayestático, literalmente "Dioses", así que en realidad dice: “En el principio crearon los dioses cielo y tierra”
Al preferir un Dios (Yahvé) sobre otros (ahora anónimos) dioses, el henoteísta no niega su existencia, sólo elige al más poderoso o con quien ha hecho un pacto. De tal manera que el henoteísta no es un politeísta ni un monoteísta en sentido estricto. El henoteísmo comparte con el politeísmo la creencia en varios dioses, aunque no los considera tan dignos de veneración como el dios propio. Naturalmente, con el tiempo, el henoteísmo deriva necesariamente al monoteísmo (severo en el caso de los israelitas) dado la creencia de que sólo un único dios es merecedor de adoración, aunque no niega frontalmente la existencia de otros dioses.

Otra muestra del henoteísmo bíblico:
Salmos 82 (RV60)-Amonestación contra los juicios injustos.
Salmo de Asaf.
1 Dios está en la reunión de los dioses;
En medio de los dioses juzga.
2 ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente,
Y aceptaréis las personas de los impíos? Selah
3 Defended al débil y al huérfano;
Haced justicia al afligido y al menesteroso.
4 Librad al afligido y al necesitado;
Libradlo de mano de los impíos.
5 No saben, no entienden,
Andan en tinieblas;
Tiemblan todos los cimientos de la tierra.
6 Yo dije: Vosotros sois dioses,
Y todos vosotros hijos del Altísimo;
7 Pero como hombres moriréis,
Y como cualquiera de los príncipes caeréis.

Por otro lado: La unificación –casi destilación- de muchos dioses en uno es parte natural del desarrollo de las primigenias religiones. Para seguir paso a paso dicha transformación, recomiendo un alucinante texto de Freud, dividido en tres ensayos, titulado “Moisés y la religión monoteísta”.