domingo, 7 de abril de 2019

Poesía Triste

Qué bien me vendría un poco de sueño,  dejar de temblar por la falta de tus brazos, leer un poco de poseía que no escalde la piel, no escuchar a la muerte que va escalando de a poco, ahora por los intestinos, de a poco, en busca de mi corazón. Me encantaría engañarme, repitiendo hasta el infinito que no estoy solo y que soy feliz y que la vida pasó dejando un aroma a crisantemos. Qué bien me vendría mirarme en tus ojos otra vez.  

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