"Me
duelen los labios de tanto pensar en ti"
y
sangran las manos de tanto acariciar el espacio en que no estás
y
rabian secretamente los laberintos de mi pecho, de tanto invocar tu nombre
y
duele doblemente saberte ajena,
saberte
imposible entre las cuatro paredes de mi soledad
y
que mis labios no conocen el sabor de tus hombros
y
que no hay hora ni tiempo para mi
y
que mi mirada es un polizón en tu perfil…
Lo
que más duele es que ni siquiera puedo escribir tu nombre en este cantar.
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