jueves, 26 de julio de 2012



LA NOCHE ES EL HOMBRE
El hombre es esta noche, este vacío saturado de lado a lado, que contiene todo en su indivisa simplicidad: una riqueza de infinitas representaciones, que va de lo hueco a la nada, pasando por el centro de todas las cosas, ninguna de las cuales llega precisamente a su espíritu, o (más bien) no están en él como realmente presentes. Sólo en el espejo de la noche, la interioridad o intimidad con la Naturaleza se percibe el  Yo personal puro, el YO aún no envirulado por las computadoras, diezmado por el fanatismo, el que aún no conoce de la lepra en sus neuronas. En torno a los reflejos fantasmagóricos de la noche surgen bruscamente, aquí, una cabeza ensangrentada; allá, el esqueleto de un ángel; a lo lejos ciudades sitiadas por demonios endiabladamente tristes, visiones que escaldan la piel y que, bruscamente también, desaparecen. Esa es la noche que se advierte al mirar a un hombre a los ojos: se hunden entonces las miradas en una noche que se vuelve terrible: es la noche del mundo que se presenta ante nosotros.

viernes, 13 de julio de 2012



LA TEORIA DE LA RESISTENCIA NO VIOLENTA


El libro más conocido de Gene Sharp, «La política de la acción no violenta» (1973), provee un análisis político pragmático de la acción no violenta como un método para alcanzar el poder en un conflicto.

Sharp acuñó el término "polítical jiu-jitsu" que consiste en derribar a tu oponente mediante un desequilibrio con una táctica política estratégica o maniobra. El argumento clave de Sharp es que el poder no es monolítico; eso significa que no deriva de una cualidad intrínseca de aquellos individuos que están en el poder. Para Sharp, el poder político, el poder de cualquier estado -independientemente de su organización estructural interna- deriva de los individuos del Estado.
Este análisis es incorrecto: Sharp no contempla el núcleo del problema: el hecho es que los individuos se relacionan dentro de una sociedad capitalista, donde existe la explotación del hombre por el hombre y por tanto el Estado responde a los intereses de la clase en el poder: los dictadores como individuos no importan, sólo interesan como representantes de la burguesía. Aún y cuando en su texto DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA Gene Sharp acepta que “el colapso de dictaduras en los países antes mencionados ciertamente no ha borrado todos los otros problemas en esas sociedades: la pobreza, el crimen, la ineficiencia burocrática, y la destrucción del medio ambiente…” No entiende que no pueden existir cambios sociales donde no hay cambios económicos: los explotadores siguen gobernando en interposita persona, con partidos de “diferente color” pero idénticos fines, con la mascarada de una “Nueva Democracia” cuyo límite es un voto que no elige a nadie, es decir: gatopardismo puro.
Véase, como ejemplo, las revoluciones y protestas en el mundo árabe de 2010 a 2012, donde dictadores de largo tiempo fueron cambiados en semanas:  EUA apoyó a los insurrectos y vio con beneplácito la sustitución de los regímenes autoritarios: claro, el cambio político no afectó los intereses de la burguesía internacional, porque los nuevos “demócratas” impuestos por el imperio son tan fieles al sistema, o más, que los antiguos dictadores .
Otra inconsistencia en Sharp es su creencia fundamental de que toda estructura de poder se basa en la obediencia de los sujetos a las órdenes de los dirigentes. De esa forma, si el sujeto no obedece, los líderes no tienen poder. Esto lo lleva a la doctrina de “El desafío político”  (concepto introducido por Robert Helvey) definido como una lucha no-violenta aplicada, desafiante y activa mediante la protesta, no-cooperación y paralización mediante el boicot.  “Desafío” denota un deliberado reto a la autoridad mediante la desobediencia, sin dejar espacio para la sumisión. “El desafío político” describe el ambiente dentro del cual la acción es usada (política) así como el objetivo (poder político). El término es usado principalmente para describir el ataque por “pueblos” y sin tregua a las fuentes de poder del Estado y el uso deliberado de la planeación y operaciones estratégicas para ello. 
Las movilizaciones legales y pacificas son, no hay duda, el primer paso en un proceso revolucionario, PERO NO PUEDE SER TODA LA ESTRATEGIA a largo plazo. Es necesaria la creación de un partido de Masas, la implementación de un ejército de partisanos y la determinación para que la clase proletaria tome el poder.
Hay una omisión ominosa en Sharp: no define lo que es una DICTADURA y lo que es una DEMOCRACIA. Partir a una argumentación sin definiciones operativas es –cuando menos- irresponsable. Primero: una dictadura es cuando una clase social detenta el poder unilateralmente y para ello usa todos los mecanismos a su alcance para detentarlo; así en México, por ejemplo, vivimos una Dictadura de la Burguesía, que usa la represión, el engaño mediático y la farsa electoral para perpetuarse. Los clásicos del marxismo, en cambio, proponen una Dictadura del Proletariado, donde éste, tras una revolución (violenta necesariamente) toman el poder e invierten la estructura, desposeyendo a la burguesía de los Medios de Producción e instaurando el Socialismo. La Dictadura del Proletariado será benéfica para la mayoría, inversamente a lo que es la Dictadura de la Burguesía actualmente.
Por otro lado, aún y cuando no define el concepto de Democracia, es evidente que para Sharp esta es el sistema político al que aspira. Pero objetivamente NUNCA en la historia ha existido la democracia: el sistema electoral que se nos ofrece no es más que un ardid de la clase dominante para perpetuar en la mente de las masas la idea de que el pueblo elige a sus gobernantes. Ya Louis Althusser ha diseccionado a los Aparatos Ideológicos del Estado (la iglesia, la escuela, los medios masivos de condicionamiento de masas, los partidos políticos, la escuela, entre otros) que repiten millones de veces las mentiras de la clase dominante hasta que estas falsedades se convierten en verdades en las neuronas de los trabajadores. La democracia es una máscara más de la dictadura de la burguesía, una farsa donde millones de pesos son invertidos para ENGAÑAR a la población y de esa manera justificar, reproducir, seguir perpetrando un sistema infausto de explotación. ¿Eso es lo quiere Sharp?
En opinión de Sharp, todas las estructuras efectivas de poder tienen sistemas mediante los cuales animan o extraen la obediencia de los individuos. Los estados tienen sistemas particularmente complejos para mantener a los sujetos obedientes. Estos sistemas incluyen instituciones específicas (policía, juzgados, entidades reguladoras) pero también pueden involucrar la dimensión cultural que inspira obediencia pretendiendo hacer implícita la idea de que el poder es monolítico (el culto divino a los faraones egipcios, la dignidad de la residencia presidencial, normas éticas y morales, y tabúes). A través de estos sistemas, los individuos son enfrentados con un sistemas de sanciones (prisión, multas, ostracismo) y recompensas (títulos, riqueza, fama) que influye en la extensión de su obediencia. La visión de Sharp es simplista: la enajenación de las masas va más allá de premios y castigos, es todo un proceso de preparación subconsciente para que el individuo capte al mundo como se le ordena que lo perciba: de una manera pasiva, acrítica, como sujeto ajeno al objeto social que lo rodea. Lo que Sharp llama “poder monolítico” no es más que la superestructura jurídico-política ocultando las verdaderas entrañas de un sistema de explotación.