ALGEBRAICA
¿Cuánto vaticinio, cuanta álgebra cautiva se desploma desde
el amanecer?
Tantas tangentes del amar en tan pocos nanosegundos, tanto
espacio no mensurado donde mi ceguera llora: desde su hipotenusa no
calculada, la noche, con sus ojos de salamandra, amartilla una hipérbola que
impactará sobre mi pecho, a una velocidad tristemente acelerada: agorera
perversa, explica que desde hace 20 años todo está perdido y que soy un
naufrago con el costillar abierto, con la orfandad en bandolera, dejando
huellas abstractas en factorizaciones mal formuladas.
Desde su cateto opuesto la lodosa esperanza
profetiza mi último algoritmo.
Héctor Alarcón, enero 2013
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