LA
DECADENCIA ES BAJA EN CALORIAS
Arte, amor,
política, conocimiento, revolución, muerte: todos esos temas que quemarón el
cerebro de los filosofos, santos y artistas del pasado, murieron de tanto ser
evadidos por temor a sus consecuencias, desaparecieron dejando tras su
descomposición un vapor, una ventosidad: lo light: eso
que sustituye la sacarina por el algodón de azúcar, lo light es siempre sucedáneo. Lo light,
placebo de la existencia, aliviana el curso de lo real; lo disimula, nos da en
cambio una versión dulzona, ingenua, digámoslo: idiota de la realidad. Lo light
es abreviatura, atajo, esperanza de que se puede salir adelante haciéndole
trampitas a la vida. Cuando toda forma de dominar la realidad deviene ilusoria,
la ilusión deviene única realidad.
La
regla de lo light
es la sistemática omisión de lo pertinente: cigarro sin nicotina, café sin
cafeína, azúcar sin azúcar, sexo sin sexo: es decir pornografía barata que
siempre es la más cara, música sin música, osease: Paulina Rubio y Luis Miguel.
Todo lo sistemáticamente privado de sí mismo es light. Por ello el material light es
de plástico: alimentos, literatura,
suerte de plástico, ética light del teletón, el bestseller que te
indica el único camino posible hacia la desgracia disfrazada de felicidad, el eufemismo, que ya no le llama
invalido al invalido sino persona de capacidades diferentes, al ciego invidente
y al obeso "gordito", ya no le llama ladrón de cuatro patas al
mondrigo político cebado, sino: benemérito padre de la patria, usando la figura
retórica light:
ya saben, esa que dice: Demos nuestro
granito de arena, échale muchas ganas, en infinitum, si se puede! todas
esas frases que no dicen nada, porque nada quieren decir, en cuanto intento de
reacomodar los signos sin alterar lo que designan, toda retórica es light.
Lo light es
resultado sin proceso, sazón sin maduración, resumen sin sustancia, truco para
saltarse toda prolongada agregación de esfuerzos. El tiempo, máximo hilador de
causas y efectos, es el coco de lo light. Contra el sano envejecimiento perfila
todas sus estrategias de lifting,
todos sus zurcidos y remiendos la cirugía light, que es la plástica. ¡Úntese esta crema
que además de quitarle la celulitis, lo hace más clarito, métase al quirófano
de la metamorfosis, tráguese este menjurje para que adelgace lo que engordó
tragando Mac Donals!, ¡Porque ud. no vale por lo que sabe, ni por lo que hace,
su bondad y solidaridad no valen, lo único que hay valor en ud. es un cuerpo
bello y joven, apetecible a los 60! Si no vean a la patética tigresa, a sus 100
años más que cumplidos, regodeándose con jovenzuelos, porque en está sociedad adolescente
no se quiere crecer, alcanzar la
edad adulta, pintar canas, traducir la experiencia en una visión objetiva de la
realidad causa terror y ahora vemos vaquetones de más de treinta, con los pelos
pintados, vestidos coquetamente y hablando como imberbes de 15. Contra el
estancamiento social del tiempo extrema sus hecatombes de signos efímeros esa
ilusión de cambio que es la moda, ese cambio de ilusiones que es la política.
El
cuerpo, rotunda concreción orgánica, con sus excreciones, humores, ha de ser
eufemizado por lo light. Ángeles y modelos no menstrúan, o no debe parecer
que lo hacen. En su obsesión por ocultar la función real y mostrar la
simbólica, postula lo light vientres
que no digieren, senos que no amamantan, carne que no envejece. La biología no
existe. Toda expresión fisiológica ha de ser nulificada. El apetito es crimen,
el vello tabú, el olor pecado mortal, el sudor alta traición. El desodorante es
el sacramento light.
La anorexia, su estado de gracia. Santidad cosmética, en su odio
fundamentalista a lo real. El tranquilizante es la emoción light.
La
mujer, la afirmación más rotunda de la naturaleza, sólo puede ser desvirtuada
mediante los rituales del artificio que la reducen al plástico. Imposibilitado
de hacer light
a la mujer, todo lo light quiere feminizarse y sólo consigue
parecer contranatura. Maquillaje, pasarela, producción de las apariencias,
enemistad con los hechos, lo light intenta reducir el rostro a máscara, la
apariencia a estereotipo, la sexualidad a glamour,
la identidad a look. En su evitación
agotadora de lo natural, lo light es el stress total. Masturbación, amor light.
Medicina
light.
Prohibición de nombrar términos tan pesados como órgano, enfermedad, bacteria,
anticuerpo, miligramo, toxina, química, muerte. Todas son causas leves:
magnetismo, vibración, influencia, meridiano, chakra, minidosis, yin, yan,
número, vela perfumada, aroma-terapia, gema, astro. Todos son efectos livianos:
limpiezas, armonizaciones, humores, auras, cuerpos astrales, empatías. Lo único
pesado es la factura.
Psicología
light.
La soga se rompe por lo más delgado, la objetividad científica por lo más
subjetivo. Yo estoy bien tú estás bien. Tus zonas erróneas. Nacidos para
triunfar. El grito primario. No diga sí cuando quiere decir no. Mujeres que
aman demasiado. ¿Quién se robó mi queso?, El monje que vendió su Ferrari, SEÑOR, QUITALES LO
BRUTO!!!
Terapeutas que cobran excesivamente. Psicología como manual para el éxito.
Autoconciencia como cursillo de manipulación. Lavado de cerebro con champú
acondicionador.
Filosofía
light.
Al fin todo explicado: no había nada que explicar. Al fin todo aclarado: no
había nada que aclarar. Cuán comprometido es no comprometerse. Cuán razonable
es no razonar. Como sistema, duda de todo lo que no sea el sistema. Minucia con
pretensiones de universalidad, oropel con ínfulas de tesoro, catecismo de la
tranquilidad de conciencia, el pensamiento que fracasa en transformar el mundo
desiste también de explicarlo, degenera de indagación a coartada. El intelecto,
como el agua, desciende siempre a su nivel más bajo.
Economía
light.
El hombre hecho para el mercado y no el mercado para el hombre. Ninguna mano
visible contra la mano invisible. Nada beneficia al débil como ser devorado por
el fuerte. Libre competencia entre el tiburón y la sardina, entre el monopolio
y el individuo. Mercaderes en el templo, sacerdotes en el mercado. La
existencia dedicada a satisfacer necesidades inexistentes. Miseria cool. Crash soft. Crack light.
Política
light.
Política sin política. Partidos sin partidos. Organizaciones sin ideología.
Carismas sin programas. País sin soberanía. Estado sin intervención. Voto
negociable. Sufragio endosable. Marketing
del consenso. Pragmatismo impráctico. Oportunismo inoportuno. Conversión de
todo poder público en propiedades privadas. Conversión de propiedades privadas
en poderes públicos. Todos corean la regla de oro: quien tiene el oro hace la
regla.
¡Religión
light!
¡Misterio sin profundidad! ¡Revelación sin pavor! ¡Iluminación sin
trascendencia! ¡Nirvana instantáneo! ¡Paraíso desechable! ¡Purgatorio spa! ¡Fast God! Lea está revista, rece antes
de la comida, entregue su diezmo y será salvo…! Consumismo industrial
beatificado en el supermercado espiritual. Una formula manoseada para cada
necesidad. Un gurú para cada dolencia. Un nuevo culto para cada hipocondría.
Indulgencia a crédito, gracia en baratillo, eternidad en cómodas cuotas.
Nosotros le vendemos las preguntas y sus respuestas, ¡usted No tiene porque
estrenar su cerebro! Además como oferta le entregamos, sin más precio que la
renuncia a su identidad: Santidad sin martirio, inmolación a lo pueril, enseñanza
gratuita y digerida varias veces, hasta la puerta de su casa. Lo light
fulgura en el pontífice fotogénico y blasfema en la concentración de masas que
balaa la omniausencia de Dios. En cuanto representación de lo irrepresentable,
en cuanto expresión de lo inexpresable, en cuanto falible imitación de lo
inefable, liturgias, escrituras y prácticas religiosas son light.
¿Información
Light?
¿Medios sin mensaje? ¿Publicidad vuelta información? ¿Información vuelta
publicidad? ¿Medios subsidiados por la fuente? El entonces jefe de la mayor
potencia militar de la tierra Bill Clinton invade Haití, devasta Somalia,
bombardea Afganistán, Sudán e Irak sin declararles la guerra. En lugar de ser
ahorcado por crímenes contra la humanidad, según las leyes de Nurenberg, se le
enjuicia por manosear a una oficinista. Después el alcohólico Bush pisotea
Afganistán e Irak y se lleva entre las patas al mundo entero, su castigo: ser
reelegido para que nos siga pisoteando. Lo light, lo superficial, es el trivial espejismo
unidimensional de la pantalla, donde los héroes de pacotilla gringos salvan a
mundos de oropel en la superficie monocroma del megacine 5, cosmos planos de la
mente sin relieve, aplasta toda manifestación cultural hasta reducirla al
mínimo denominador común de la banalidad: No existe más cultura que la del
Imperio Norteamericano: a atragantarse -- a querer o no-- de los supermanes,
Bobos Esponjas, Justin Bieber, Barbies
traga Mac Donals y cuanta mierda vomite
el imperio, que será para nuestras colonizadas neuronas, maná, caro,
carísimo, FÉTIDO Y PURGANTE MANÁ, pero que tragaremos como santas ostias, en
concordancia con nuestros cualidad de esclavos.